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Marco teórico de la ingeniería económica (página 2)



Partes: 1, 2

El programa de estabilización aplicado en Perú en 1990, siguió las pautas del programa Boliviano; El gobierno se comprometió a mantener el equilibrio en el presupuesto y a restringir el crecimiento monetario. El equilibrio en el presupuesto, se dio por la disminución del gasto y por el aumento de los ingresos vía impuestos de emergencia, eliminación de excenciones impositivas y el aumento en los precios del sector público.

En 1990 se buscó romper con el régimen antiguo basado en el populismo y la gran intervención gubernamental por lo cual, además de unificar el mercado de divisas, trabajar en reformas laborales, de comercio y tributarias gobierno se esforzó en reinsertar la economía en los mercados financieros mundiales estableciendo nuevamente contactos con las organizaciones multilaterales y los bancos comerciales.

El proceso de desinflación en Perú, se vio afectado por el alto nivel de dolarización generado en el proceso hiperinflacionario, el cual no cambio de dirección durante el periodo de estabilización, lo cual condujo a que el proceso de detener la hiperinflación no ocasionara la expansión de la base monetaria real (M1), y a que ambas se redujeran a medida que entraban mas dólares en el sector financiero, creando un ambiente vulnerable a la reanudación de la inflación y a la convergencia en las expectativas.

En Brasil y Argentina se desarrolló el efecto Olivera-Tanzi en forma contraria, pues la inflación elevó el nivel de señoreaje en las hiperinflaciones de 1989. En estas economías que ya presentaban altas tasas de inflación, la inestabilidad y los aumentos persistentes de los precios se debieron a las políticas de freno y reactivación adoptadas las cuales crearon un proceso cíclico en el cual, se daban aumentos y luego disminuciones gracias a los intentos estabilizadores, creando un escenario ideal para la explosión de la hiperinflación, pues al cerrarse la brecha en los ciclos -alta inflación/ estabilización- se desencadeno el fenómeno hiperinflacionario.

La inflación y el círculo vicioso de la competitividad

El Gobierno ha tenido que admitir que no se podrá alcanzar su objetivo (ya revisado) de inflación para este año después de que el Indice de Precios de Consumo (IPC) creciese un 0,2% en noviembre: ahora se prevé cerrar 1999 en una horquilla entre el 2,6% y el 2,8%, en vez del 2,4%. La revisión automática de las pensiones va a costar 116.000 millones de pesetas al erario.

Se resalta que la fuerte subida de los combustibles ha descabalado los planes, y que la inflación subyacente -en la que no entran los carburantes- es estable. Y es cierto. Sin embargo, también lo es que el resto de la Unión Europea está importando, con el crudo, la misma inflación que nosotros, pero que, pese a ello, los índices de sus países están muy por debajo de los nuestros. Un problema español, pues.

La demanda interna -suma del consumo público y privado más las inversiones en construcción y bienes de equipo- aportó 5,6 puntos al crecimiento en el segundo trimestre. Tamaña aportación -muy por encima del 3,6% que creció la economía en dicho periodo- ha tenido su contrapartida en la inflación, que vuelve a los niveles de enero de 1997. Por ello la demanda interna tiene que compensar el no menos espectacular déficit comercial, que crece sin parar sin que a casi nadie le preocupe, y eso que el sector exterior quitaba nada menos que dos puntos de crecimiento en el segundo trimestre, en términos anuales. De alcanzar el equilibrio ese sector, una demanda interna de sólo un 3,6% habría bastado para alcanzar los niveles de actividad actuales… sin presionar tanto al alza sobre los precios. Crecemos sin exportar, con lo que acentuamos la inflación, con lo que perdemos competitividad y podemos exportar menos: un círculo vicioso en competitividad.

Más allá de cuestiones coyunturales como el petróleo, el temor hoy es que, si la demanda interna sigue creciendo al ritmo actual, la batalla contra la inflación puede perderse. La tentación de enfriar la economía por la doble vía de recortar más el gasto o aumentar las retenciones fiscales sería sin duda contraproducente. Más responsable sería actuar sobre el histórico déficit comercial español, lo que sin duda no es labor de un día.

Los precios en alza (a menudo injustificada, como vemos en los sectores agroalimentarios) y la eterna desidia exportadora de las empresas españolas son otros tantos lastres en ese empeño. Además, la política monetaria tiene un efecto marginal en un país como España, ya que se diseña principalmente para los países de mayor peso en la UE: Alemania y Francia. Y en política presupuestaria, las necesidades españolas de infraestructura, mucho más altas que en los países más ricos de la UE, también limitan el margen de maniobra.

Freno a los que se enriquecen a costa de nuestra inflaciónAyer se conoció el dato del Índice de Precios al Consumo(IPC) correspondiente al mes de agosto, esperado y temido tanto por el Gobierno como por los mercados, que ya el lunes anticiparon con su caída la mala noticia.

La subida del 0,4% del mes pasado sitúa el índice interanual en el 2,4%: seis décimas más de lo previsto por Economía para todo el año.El Gobierno se ha visto obligado a revisar su estimación inicial, situándola precisamente en el 2,4%. El objetivo es realmente ambicioso, y el margen para conseguirlo, muy escaso, habida cuenta de lo bien que se comportaron los precios en el último cuatrimestre del año pasado.

En todo caso, el nuevo índice obligará a revisar al alza las pensiones y un buen número de convenios colectivos. Los funcionarios volverán a perder poder adquisitivo.

Es cierto que el Gobierno ha revisado también los objetivos de crecimiento (llegará al 3,7%) y de déficit público (bajará al 1,1%), lo cual significa que se va seguir generando empleo sobre una base sana. Pero, también lo es que el control de la inflación es la clave para que siga funcionando el círculo virtuoso que ha hecho posible la mejora del nivel de vida de los ciudadanos durante los últimos tres años.

La revisión del objetivo de inflación es muestra de un cierto fracaso en la política económica. Y no precisamente por el lado que ayer apuntaron los socialistas, que reclaman más intervencionismo, sino por todo lo contrario. Hay sectores que se aprovechan de la inflación, que le sacan jugo al exceso de demanda y a su situación de casi monopolio. A esos sectores el Gobierno debería meterlos en cintura, porque sus extraordinarios beneficios se están consiguiendo a costa de poner en riesgo la estabilidad de precios que tantos esfuerzos ha costado.

Echar toda la culpa al encarecimiento del crudo no es justo. Aunque el precio del petróleo haya tenido una influencia negativa de 0,7 puntos, no cabe desconocer que el IPC español es muy superior a la media armonizada de la UE. Por tanto, es necesario actuar rápida y contundentemente.Una parte del Gobierno es partidaria de hacerlo sin contemplaciones en los sectores claramente inflacionistas, mientras que algunos miembros del equipo económico creen que es mejor actuar puntualmente sin necesidad de aprobar un paquete de medidas de choque como el de abril.

El sector energético se está comportando como un oligopolio. Sus precios deben reflejar mejor la realidad del mercado. Si hay que dar alternativas a la distribución (facilitando la venta de gasolina en los hipermercados o favoreciendo la creación de cooperativas de consumidores) o acortar los periodos de liberalización (que en el caso del gas es excesivamente largo), hay que hacerlo, aunque eso comporte que algunas cuentas de resultados no puedan lucir beneficios por encima del 20%. Lo mismo ocurre con la vivienda, sector en el que el Gobierno tiene especial responsabilidad, por no haber acometido la necesaria liberalización del suelo. Tampoco se justifica que, por presiones políticas y mediáticas, siga limitada al 12% la rebaja del precio de los libros de texto.Rato debe pasar a la ofensiva, aunque algunas de las medidas a adoptar tengan un coste político y de imagen.

INFLACIÓN Y VOLATILIDAD FRENAN INTEGRACIÓN ANDINA

LIMA — Las altas tasas de inflación y la volatilidad de las monedas frente al dólar en los países de la Comunidad Andina frenan la integración del grupo.

"La inflación latente y la volatilidad del tipo de cambio frustran el potencial de los productos de la región y afectan el comercio exterior del grupo", advirtió el sábado el presidente del Fondo Latinoamericano de Reservas, Roberto Guarnieri.

"Son estos dos factores tremendos los que impiden avanzar en el proceso de integración", agregó el funcionario, que participó en Lima en una reunión paralela a la XII Cumbre de presidentes andinos que se clausura el sábado en la capital peruana.Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, miembros de la Comunidad Andina (CAN), terminaron el año pasado con una inflación promedio de 15,2 por ciento, una mejora frente al 18,7 por ciento registrado en 1998.

Dentro del grupo, Ecuador posee la tasa más alta: 60,7 por ciento, seguida por Venezuela con 18,8 por ciento. Los tres países restantes tienen tasas de un solo dígito.

Para este año la meta de la CAN es reducir el costo de vida en torno al 13,3 por ciento, según proyecciones del grupo.Guarnieri explicó que los factores de la elevada inflación en los países andinos fueron principalmente derivados de crisis políticas, que la región ya está superando paulatinamente.

Ante esto, Guarnieri recalcó que los andinos deberán enfatizar sus políticas monetarias y de precios para llegar a la meta de un mercado común de más de 110 millones de consumidores en el 2005.

Evaluación económica de proyectos bajo inflación

CÁLCULOS DEL VALOR PRESENTE CONSIDERANDO LA INFLACIÓN:

Por lo general, siempre que se realizan los cálculos del valor presente

Para alternativas que requieren costos del futuro reemplazo, se supone que estos son iguales al costo inicial de la inversión. Sin embargo, salvo en situaciones excepcionales, se espera que los costos del futuro reemplazo sean mayores que el costo inicial debido a la inflación. De otra parte la moneda inflada del futuro tendrá menos valor, que la moneda en uso hoy. Los costos futuros altos, que se pagarán con moneda que tendrá menos valor, obviamente tiene efectos opuestos en un análisis de valor presente. Los dos métodos que pueden utilizarse para remover estos efectos son: 1) convertir los flujos de caja futuros en moneda de hoy y luego usar la tasa de interés regular i en las fórmulas de interés o 2) expresar los flujos de caja futuros en moneda corriente de ese entonces y utilizar una tasa de interés que tenga en cuenta la inflación.

Para el método 1, la moneda corriente de esos días puede convertirse a moneda de hoy dividiendo por ( 1+ f)N, donde f es la tasa de inflación por período. Cuando la moneda futura se convierte en moneda de hoy, en ocasiones el costo resulta igual que el costo del comienzo. Esto será siempre verdad cuando los costos crecen en una cantidad exactamente igual a la tasa de inflación.

El segundo método de contabilizar la inflación en un análisis de valor presente es aquel de ajuste de las fórmulas de interés para dar cuenta de la inflación. Esta tasa de interés ajustada se denomina tasa de interés inflada if, la cual puede calcularse según la formula:

If = i + f+ if

Donde :

I= tasa de interés

f = tasa de inflación.

Esta ecuación puede deducirse considerando el factor valor- presente- pago- único:

P = F [ 1/ ( 1+ i)N]

F puede convertirse en moneda de hoy usando la división por ( 1 + f)N para obtener:

P = F/ (1+f)N [ 1/ (1 + i )N]

= F [ 1 / (1+ f )N ( 1 + i )N]

= F [ 1/ ( 1 + i + f + if )N]

Con e fin de encontrar la If inflada para reemplazar i en la primera ecuación, se sustituye la ecuación:

F = P ( 1 + i ) + P ( 1 + i ) I

en la última expresión. Luego utilizando la definición del factor P/F

P = F [ 1/ ( 1 + if )N] = F ( P/F, If %, N).

Resumiendo, si la moneda futura se expresa en moneda de hoy, el valor presente se calcula utilizando la tasa de interés regular i en la fórmula valor- presente- pago- único. Si la moneda futura se expresa en moneda corriente de ese entonces, se utiliza la tasa de interés inflada if en la fórmula.

CALCULOS DEL VALOR FUTURO CONSIDERANDO LA INFLACIÓN

Los cálculos de valor futuro que tienen en cuenta los efectos de la inflación pueden efectuarse por uno u otro método de 1) convertir la moneda futura equivalente en moneda con el poder de compra de hoy, o 2) calcular la cantidad de moneda de ese entonces que pueda tener el mismo poder de compra como la cantidad presente de moneda de hoy.

Por el método 1 la cantidad de moneda de ese entonces que puede acumularse es

F = P ( 1 + i )N = P ( F/P, I %, N)

La moneda corriente de ese entonces puede convertirse en moneda con el poder de compra actual, dividiendo por ( 1 + f)N. Por lo tanto

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Se puede calcular de forma equivalente la cantidad futura de dinero con poder de compra actual que se acumulará mediante el uso de una tasa de interés real ir en el factor F/P, para compensar el descenso en el poder de compra de la moneda. Esta tasa de interés real puede obtenerse mediante igualación de la fórmula cantidad- compuesta- pago- único ( factor F/P) con el término de la mitad de la ecuación I , la cual convierte moneda actual en moneda futura con el poder de compra de hoy.

P ( 1 + ir )N = P [ ( 1 + i)N / ( 1 + f )N]

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La tasa de interés real representa la tasa a la cual la moneda
presente se transformará en moneda futura equivalente con el mismo poder
de compra. La utilidad de esta tasa de interés es apropiada cuando se
calcula el valor presente de una cuenta de ahorros, por ejemplo, cuando los
efectos de la inflación deben tenerse en cuenta.

Conclusión

Este tema es muy importante, ya que nos afecta socio económicamente, porque el pueblo que compone a un país, no esta preparado para la devaluación del dinero, por ejemplo, los deudores adquieren un producto a un precio y después de cierto tiempo este no es el mismo, en el caso de los vendedores de es lo contrario ya que ellos revalorizan los inventarios porque la inflación hace subir los precios, esto nos lleva a que el gobierno debería tener un mejor control en el manejo de la economía de un país centrando las causas que justifiquen el alza de los precios para así diseñar medidas para imbatirla, si la inflación es monetaria se buscará la revalorización de la moneda a través del aumento de la paridad cambiaria

 

 

 

Autor:

Bastardo Marilin

Bastardo Jhoselin

Lozano Jacqueline

Roseby Jennifer

Profesor: Ing. Andrés E. Blanco

Enviado por:

Iván José Turmero Astros

CIUDAD GUAYANA, SEPTIEMBRE 2006

Partes: 1, 2
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